viernes, 7 de enero de 2011

Gamofobia

La gamofobia es definida como "un persistente, anormal y injustificado miedo al matrimonio, a casarse" Pues, la mía es persistente, normal y justificada.

Mis padres pelean 24/7 y creen que eso es bueno para mi. Mi mamá lleva una vida bastante sufrida como madre y esposa, según ella. Sólo creo que se hace la víctima y ya. Nadie la mando a casarse y mucho menos, a hacerlo con mi papá. Tenía demasiadas opciones como para elegirlo a él. Yo amo a mi papá, pero es el hombre más inóspito para desposar. Yo crecí con los cuentos de Disney, pero ella fue quien se los creyó. Que lástima.

A veces, solo a veces, desearía que mis papás estuvieran separados. Probablemente no se lo que digo, pero son repetidas mis ganas de acabar con ese matrimonio. Y tengo muchas razones para ello.

Primero y principal, cuando pelee con uno, huyo con el otro. Sería felíz. Aunque no viviría con mi mamá, prácticamente. Segundo, permisos por separado, regalos por separado y una doble vida que me gustaría llevar. Si, así de superficial. Tercera, creo que ninguno estaría tan amargado como ahorita. Mi mamá seguiría formando peo y mi papá se convertiría en el viejo verde que siempre ha sido, pero ahora sería legal.

Lo único que he concluido todos estos años de peleas, faltas de respeto, injusticias y demás, es que jamás me casaré y mucho menos tendré hijos. He desarrollado una fobia al compromiso inigualable. Creo que le gano a Hugh Hefner.

El matrimonio es igual a dejar tu vida para construir una nueva con otra persona. Pues, yo no quiero construir una nueva y menos que esa vida nueva dependa de otra persona. El matrimonio es aburrido. Debes sacrificar muchas cosas, además, debes comprar otro televisor para pelear por quien usa el del cuarto y quien usa el de la sala.

De verdad, esto no es para mi. Seré una Holly Golightly o una Carrie Bradshaw. Mejor, seré yo misma y sin nadie más. Es verdad, a veces me hace falta tener a alguien, pero saben qué? Puedo tenerlo y no es necesario casarme. Punto. Y no tendré hijos porque simplemente, no tengo paciencia. Seré la tía favorita. Hasta ahí.

domingo, 2 de enero de 2011

Un 2010 que no puedo definir

Pasé el 2010 buscando a alguien y terminé encontrándome a mi misma. Y a todas aquellas cosas que metes en una gaveta y no recuerdas que ahí estaban.

Empecé con un ideal: buscar a aquel chico. Por Dios, 18 años y yo no maduraba. Pero mi meta de Año Nuevo era él. El mejor amigo ex. Con el pasar del tiempo, me di cuenta que no valía la pena y lo dejé así.

En el camino, me volví algo así como la Johan Santana del Kickingball, resulta que soy buena en ese deporte. Buena no, excelente.

También tuve problemas con mi sexualidad. Tal como lo dijo mi papá "El que anda con lobos, aprende a aullar". Gracias a Dios me quedé ronca en el camino. Las mujeres estamos tan locas que me mejor sigo con los hombres.

Comencé a trabajar para la revista de una amiga, pero trabajar es un decir, realmente no he hecho nada y debería empezar. Me di cuenta que estoy en la carrera correcta. Simplemente, amo esto que hago y por ello planeé un 2011 bastante ocupado.

Conocí a un señorito de 30 años. Si, 11 años más que yo. El me terminó de demostrar que seré una Carrie Bradshaw cualquiera. Estoy felíz de ello.

Conocí nuevos Amigos, si, Amigos con mayúscula. Me acerqué más a los viejos amigos y descubrí que tengo mucha gente que me quiere y que quiero. En serio.

Tengo un BB y lo odio con el alma. Reviviré mi Nokia.

No leí todos los libros que quería, así que tengo tarea para este año.

Fui a tantos toques pude. Las bandas nacionales son buenas y los apoyaré hasta que me muera. Este año espero ir a más y tener suficiente dinero como para comprarles un disco a todos.

En fin, el 2010 me dejó tantas cosas buenas como leyes aprobó la AN en diciembre.